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Si eres estudiante y buscas tener los mejores resultados en tu desempeño académico, te recomendamos que establezcas hábitos de estudio. Te invitamos a que leas esta guía y encontrarás qué son, cuáles son los más conocidos y cuáles son los más recomendados.
Los hábitos de estudios son conductas que repetimos de forma autómata, es decir, que se realizan por costumbre al momento de aprender o repasar un conocimiento. Los estudiantes, para adquirir y procesar los conocimientos, aplican técnicas y rutinas que optimizan su proceso de aprendizaje.
Es importante que al momento de estudio se tenga una organización y planificación para obtener los mejores resultados. Se puede decir que toda estrategia que el estudiante haga de manera repetitiva al momento de consolidar los conocimientos se considera un hábito de estudio.
Cada estudiante consolida sus hábitos de estudio de acuerdo a las competencias y al tipo de inteligencia que tenga más desarrollada, atendiendo esto a las inteligencias múltiples de cada quien. Además, se hace una combinación de las habilidades y destrezas que posea.
Existen hábitos que repercuten de manera positiva al momento de estudiar, que al incorporarlos a la rutina el estudiante facilita el proceso de aprendizaje. Sin embargo, también existen hábitos que repercuten de manera negativa.
Los hábitos positivos son trazarse objetivos, planificarse, establecer horarios, tomar descansos, compartir lo aprendido, entre otros. Asimismo, se debe tratar de evitar estudiar en lugares oscuros, estar cansado o con sueño y memorizar como computadora.
A continuación se recomiendan algunos hábitos de estudio:
Es importante que se establezcan horarios y se organicen los tiempos. Se sugiere escoger horas en las que se cuente con la energía necesaria y el mejor ánimo y disposición. Igualmente, compartir el tiempo entre las diversas asignaturas o áreas de conocimientos. Un buen consejo es elaborar calendarios o esquemas de tiempo.
Trazarse objetivos claros y precisos y el tiempo en lograrlos, los cuales se puedan medir y evidenciar. Esto permite que se adquieran o procesen conocimientos y se evalúen los avances o debilidades en lo que se aprende. Ejemplo claro sería estudiar un tipo de verbo de un idioma en una semana, lo cual constituye una meta clara. Caso contrario e inadecuado correspondería a aprender todo de un idioma en un mes.
Lo que se busca es medir los avances y corregir las posibles fallas que ocurran durante el proceso de aprendizaje.
Es importante que el cerebro y el cuerpo estén alertas y activos, es por ello que se recomienda tomar descansos cada cierto tiempo. La finalidad es que durante este espacio la mente recobre energía y revitalice. Se aconseja que cada noventa minutos de estudio se tomen descansos de mínimo 15 minutos.
Una de las técnicas más conocidas y recomendadas es resaltar en los textos la información más relevante o la más útil. Esto permite que al repasar puedan dirigirse de forma rápida y precisa a la información más valiosa.
Al momento de estudiar, cada estudiante de acuerdo a sus habilidades busca la manera de organizar la información que estudia. Unos elaboran esquemas o mapas conceptuales en los que van desarrollando pequeños conceptos o frases. Otros, relacionan palabras y dibujos, todas estrategias válidas al momento de consolidar un conocimiento, pues facilitan las habilidades mentales de recordar y evocar.
El sitio o espacio donde se estudia es importante, debe estar ordenado y despejado, con una iluminación y ventilación adecuada. Este va a depender de los gustos y necesidades de cada individuo. Unos optan por habitaciones con algo de música o en completo silencio. Mientras que otros prefieren espacios abiertos, naturales. Algunos optan por la tranquilidad de una biblioteca.
Lo relevante es que el que estudia sienta la suficiente comodidad que le permita concentrarse en lo que aprende.
La tecnología es un excelente recurso para los estudiantes, sin embargo, puede convertirse en un elemento distractor. Es por ello que se sugiere que al iniciar hacer una revisión e identificar los elementos que puedan evitar una completa concentración como el uso del teléfono, los mensajes, WhatsApp, las redes sociales consumen tiempo valioso, por lo que sería mejor si te desconectas o lo apagas mientras estudias.
Al memorizar se pasa por alto la funcionalidad de lo que se estudia. Por lo que se recomienda comprender, entender la función, sus características, cómo y dónde se usa. Al memorizar se corre el riesgo de olvidar, ya que no se define lo que se aprende y por ende carece de estructura, por lo que se puede confundir.
Si surgen dudas, no las guardes, sal de ellas, pregunta a maestros, tutores. Si es en clases, foros o conferencias al comenzar el ciclo de preguntas y respuestas, elabóralas para que completes los conocimientos y no queden vacíos. Cuando las interrogantes son respondidas, permite que el proceso de comprensión se haga de manera más completo, permitiendo la adquisición de saberes.
Es importante hacer lo que te agrada, porque si hay una conexión entre lo que se hace y lo que se aprende facilita la disposición y los ánimos de aprender. Cuando se hace lo que te gusta existe mayor disposición del estudiante a culminar lo que inicia.
Es fundamental que como estudiante definas qué hábitos puedes ajustar a tus necesidades y hacer de ellos una rutina. Tener la responsabilidad y la madurez para seguir lo que se planifica y que estos se conviertan en tu estilo de estudio. Esto garantiza el éxito, el aprendizaje y la consolidación de cualquier conocimiento.
Es por eso que mientras más eficiente sea el tiempo de estudio, más valor e importancia le tomará el alumno.
Si consideras que esta guía te fue de gran utilidad, invita a otros estudiantes a revisar la guía de técnicas de estudio en Chilestudia donde podrás obtener información relevante, obtener más consejos que pueden mejorar la vida de estudiante.